
Maaadre mía que barrizales. Había momentos en los que no se distinguía ni horquilla, ni desviadores, y la cadena era un cordón de arcilla.
Después de los peores tramos intento buscar otros donde el terreno este mas duro, que tengan piedras o incluso alguna zona de asfalto para que la bici se limpie un poco y poder continuar. Y así voy pasando la mañana, pero disfrutando mogollón.
Al final a merecido la pena, aunque estas salidas son mucho mas cachondas si se hacen en grupeta, siempre alguna la pifia y come algo de barro, y luego se le está recordando toda la vida. jejeje
Para terminar una imagén desde el pico del Águila y es que según ha amanecido la mañana parece mentira el día que luego ha hecho. Puede que con este solecito se sequen los caminos y mañana ya no haya barro :O
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