La mas larga, esperada y temida por todos. 135km y 2000m de desnivel. Etapa en línea, es decir, cambio de campamento, había que rehacer la maleta para que la organización te la trasladase al nuevo destino
Salimos a tope, el objetivo es mantener el mayor tiempo posible los grupos cabeceros. Te llevan a un ritmo infernal y los kilómetros pasan rápido. Yo estoy con fuerza y puedo aguantar el ritmo del primer pelotón sin problemas. Iván lo pasa un poco peor, y aunque consigo remontarle un par de veces, decidimos "bajar" un poco el ritmo y seguir con el grupo anterior.
Kilómetro 50, primer avituallamiento, parada rápida y continuamos. A partir de aquí comenzará nuestra odisea del día. A escasos tres kilómetros de la parada noto baja la rueda trasera. No le doy importancia, algún pincho que no ha sellado bien o un pellizco que ha hecho perder presión. Paro, hincho rápido y continuo, pero a los pocos metros otra vez igual. La cubierta tiene una pequeña raja y el líquido no la puede sellar. Mala suerte, hay que arreglar, es algo normal en estas carreras. Montamos una cámara antipinchazos y listo. Ni Iván, ni sobretodo yo, somos unos manitas así que perdemos casi 15 minutos en la operación… “No problem”… Unos 5km mas adelante, en un bajada rapidísima entre rocas y piedras afiladas como cuchillos, con multitud de zanjas y saltos, noto un llantazo en la rueda trasera y en segundos el neumático está en el suelo… PROBLEMON!!!. Solo llevamos cámaras sin liquido y la zona es muy propensa a pinchar. Encima de las dos que llevamos una no coje aire. Pasamos un rato jodido, empiezo a temer en no acabar la etapa. El siguiente avituallamiento está a mas de 30 kilómetros. La cosa no pinta bien. Montamos la única cámara que tenemos y emprendemos marcha. La situación es delicada: rueda trasera con neumático rajado y cámara sin liquido, todas las papeletas para volver a pinchar.
Las bajadas las hago con cero riesgos y excepto los tramos de pista, lo demás voy con mil ojos para no salirme de la trazada y evitar posibles pinchazos. Poco a poco conseguimos llegar al siguiente avituallamiento.
Lo primero es ir al puesto de asistencia de SRAM. Le comentamos lo sucedido, y en un minuto tengo la bici en un caballete, sin la rueda trasera y montándome un neumático nuevo. Impresionante. En un instantes problema resuelto. Neumático tubuless Maxxi Niko nuevo con líquido, y dos cámaras nuevas en el bolsillo. Te toman el dorsal y luego en el campamento les pagas (el precio fue incluso mas barato que en tienda). Esto da cuenta de la organización de la CAPE-EPIC. Sin palabras.
Nos quedan algo más de 50 kilómetros para finalizar. Yo lo tengo claro, A TOOOPE. Iván es de la opinión de ir mas tranquilos, quedan muchos días, pero yo estoy con mucha fuerza y enrabietado. Lo tengo claro, me pongo en cabeza de todos los grupos que vamos pillando y el que pueda que me siga. Los últimos 60-70 kilómetros son con un viento frontal criminal, pero no me importa. Me veo bien y solo voy concentrado en apretar.
Después de casi 7 horas de etapa llegamos a GREYTON, destino final del día. Día complicado, íbamos muy bien colocados y calculamos una perdida de 45 minutos. Perdemos el primer cajón para el día siguiente por cuatro puestos. Saldremos diez minutos mas tarde del 150 al 300.
De todas maneras yo sigo contento. Dándolo todo no hay pega. Además ya estás hecho a la rutina del día a día y cada vez disfrutas más de todo. Por cierto el nuevo campamento esta enclavado en un valle rodeado de montañas espectacular.
Aquí os dejo un par de vídeos para que veáis como se las gastan en la CAPE-EPIC.
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