domingo, 16 de octubre de 2011

CRONICA IRONMAN HAWAII 1/3

Ya es el cuarto IronMan que hago y en todos he hecho una crónica reflejando lo vivido, tanto sentimentalmente como físicamente. Cada uno ha tenido su historia particular.
El primero fue el de Austria con toda la carga emocional que ello conlleva. Era el primero y todo nos superaba. 9 compañeros del club en una aventura inolvidable.




Después vino la decepción de Lanzarote. Una decepción moral de la que me costo reponerme. El objetivo inicial era acabarlo y disfrutarlo, pero el objetivo Hawai se puso a tiro y se me escapó. Para bien o para mal eso fue lo que se me quedó.


Después vino Frankfurt. DESTINO KONA. No iba a acabarlo, ni a disfrutarlo, solo quería clasificarme para el Cpto del mundo de Hawai. Llegue mentalizado y concienciado, y a la vez muy presionado. Sabia que podía ser mi única oportunidad. Y LO CONSEGUÍ.
Y ahora HAWAII. EL CAMPEONATO DEL MUNCO. Donde dicen que solo van los mejores. El sueño de todo triatleta. La Meca de nuestro deporte… Desde que terminé la prueba de Alemania me mentalicé que Hawai era un regalo. Que lo tenía que disfrutar de principio a fin. Entrenamos duro durante 2 meses. Físicamente no fue peor, pero mentalmente si que nos costó mucho más. La temporada se hace muy larga y al cuerpo le cuesta asimilar que aún le quedan palizas de sufrimiento. Una vez en Kona lo tenia muy claro, “no me podia venir con un mal recuerdo”, no es un sitio al que puedas ir siempre, y me tenia que volver con buen sabor de boca. Y ese fue el planteamiento de  la carrera.


Como ya he comentado, todo lo que rodea a esta carrera la hacen una prueba distinta. Hasta  el marcado de los dorsales tiene su ritual. Los famosos tampones. Nunca había visto unos dorsales tan bién puestos. El ambiente en la zona de boxes también es especial. Como siempre mucha gente, muchas bicis, muchos nervios, pero hay algo que lo hace distinto. No solo es ver a todos los Pro’s, a los de verdad, a los mejores del mundo. Mogollón de camaras y periodistas. Una pasada.  
Esperando a meternos en el agua, no juntamos con una grupeta de españoles y todos el mismo comentario… “Que pasada de prueba, solo queremos disfrutarla y llevarnos el mejor recuerdo”.  


Si que hay una cosa que es distinta y que salta a la vista… ¡¡¡ No hay Neoprenos!!!  El primero que hago sin él, pero es que el agua es una gozada como está. Son las 6:30 de la mañana y nada de impresión zambullirse en el Pacífico.  
Nos despedimos de los compatriotas deseándonos mucha suerte entre todos, y Codi y yo nos metemos en el Pier a pillar sitio. 20 minutos para el cañonazo. Al principio nada de agobio. Entre brazadas e inmersiones te mantienes a flote, pero según se va acercando la hora te rodea más y más gente. Cinco minutos antes del inicio te ves como en una parada de metro en hora punta, pero con la “pequeña” salvedad de que estás en el mar y el fondo está a más de 4 metros. Te apoyas en uno, se apoyan en ti, patada sin querer, codazo queriendo y de repente…. BOOOOOMMMM!!!! Se desata la batalla más terrible jamás imaginada en el agua. Un piscina de burbujas gigante, golpes, agarrones, arañazos, no sabes por donde te vienen… el Codi ?!?! … donde estará el codi ? … rezas por salir vivo de esa estampida, de no tragar demasiada agua cada vez que intentas respirar.

En otros Ironman la cosa es parecida, no igual, pero similar, con la diferencia que en 200-300 metros la cosa se tranquiliza y tienes huecos para poder nadar a tu ritmo y sin agobios. Pero aquí la batalla dura y dura y dura… y no se acaba… y una bolla y otra bolla… y sigue la pelea… y en una de esas peleas resulta que el contrincante es Codi … “no me jodas!!!” … “como puede ser posible” … “pues esta vez no le pierdo” … le pego un toque para que se de cuenta y empezamos a nadar en paralelo intentando protegernos el uno al otro. Buscando sitio y huecos para los dos. Y así hasta el final. Es impresionante la cantidad de gente que vamos junta. La salida del pier es como cuando llegas en el mismo metro de antes pero la hora punta es la de salida. Se abren las puerta  y todos corriendo fuera del agua. 
Llegamos a las carpas donde recoges la bolsas y, acostumbrados a estar con poca gente, hay Overbooking… “Cago en to aquí está to petao”. El Codi y yo hacemos un poco de “Tu me das cremita, yo te doy …” … NO, yo no te doy nada, porque cuando se gira para que le ponga un poco de crema yo ya me he pirao …jejejeje .. ya no se lo que hacer para ganarle.

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